Una velada apasionada debe prepararse y cuidarse en cada uno de sus detalles. Elijamos la persona indicada y compartamos un lugar estimulante que invite a explorar y descubrir.
Los mejores momentos necesitan el mejor lugar para disfrutar de a dos... un lugar que propicie el encuentro, que estimule los sentidos y que nos conecte con el otro en medio de la vida cotidiana. Vivir y sentir colores, sabores y aromas embriagadores es fuente de placer. Saber preparar y cuidar cada detalle para alcanzar el desafiante equilibrio que domina la naturaleza pasional de un encuentro es un camino de sensaciones que fluyen hacia las infinitas formas lúdicas y luminosas del placer.
Desde los tiempos más remotos el hombre ha dedicado sus esfuerzos a propiciar la intimidad y el acercamiento con diversos recursos. Ya en el antiguo Egipto los aromas se han utilizado para mejorar el estado emocional o estimular la respuesta sexual. Velas, baños relajantes con sales o jabones especiales son la mejor manera de prepararse para una velada sugerente.
Una buena mesa a la hora de estimular los sentidos se torna indispensable.
Allí también la imaginación es un “ingrediente” fundamental, teniendo presente algunos secretos…
Formas, colores y sabores están asociados directamente al erotismo. A través de ellos sentiremos dinamismo, plenitud y energía como vehículos hacia el deleite.
La sensación de intimidad que brinda un lugar predispone a estar allí... De su elección depende encontrar el momento más apropiado para regalar y regalarse placer.
Noches de Boda propias o de un ser querido a sólo quince minutos del Aeropuerto, que permitirán continuar esa velada única en la tan anhelada Luna de Miel disfrutando cada momento y aprovechando cada instante de a dos... LH LIGHÜEL HOTEL acompaña este camino...